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No es para sorpresa de todos, esta riña ya lleva un par de años dándose entre Uber y los sindicatos de Taxis y que por alguna extraña razón, muchos estados han respondido a favor de estos últimos, en el caso de Chile analizaremos el problema entre la empresa, el estado y los sindicatos La firma de Uber asegura de manera categórica que los impuestos son pagados y a tiempo, y que por lo tanto no se le puede considerar como un ente ilegal, mientras que cinco mil taxistas protestaron en contra de la empresa americana por ser un ente monopolizador y que incita a la competencia injusta. Ahora queda en manos del estado el qué hacer. El gerente general de Uber en Chile, Carlos Schaaf, explicó en una entrevista que: lo que nosotros hacemos no es ilegal, entonces no corresponde cambiar nada para poder comenzar a funcionar.” Resaltando que, está legalmente constituida en Chile, pagamos todos nuestros impuestos y cumplimos con toda la legislación vigente”. Uber lleva ya tres años operando en nuestro país y de manera entorpecida. Entre protesta y protesta de cada bando se propuso un eventual proyecto de ley que regule al sector debe considerar elementos como no aplicar restricciones a la flexibilidad de las empresas y asociaciones de transporte. Según el ministerio de Transportes de la Región Metropolitana el problema es que Uber se muestra mucho a la defensiva ante la posición del gobierno, asegurando que si Uber y Cabify usaran vehículos legales, todo estaría en regla. El senador y presidente de la Comisión de Transportes de la Cámara Alta delegó una iniciativa para la regulación de todas las empresas según el marco jurídico. Dicha decisión busca el objetivo de estudiar caso por caso la situación de Uber y los sindicados de taxi y discernir según sea lo ocurrido. La confederación de taxis de Chile hizo saber su disgusto ante dicha iniciativa convocando un paro, dejándonos en claro que estos seguirían en caso de que Uber siguiese ganando terreno. El presidente de la entidad, afirmó: Lo rechazamos de plano. Lo que se debe legislar es un endurecimiento de las sanciones a los conductores de taxis que cometan fraudes, pero no introducir nuevos actores.” Sin embargo, entre riña y riña, ambas parten poseen una idea común, y es que el ejecutivo chileno ha sido muy poco claro en cuanto a la situación, y que no se han pronunciado acerca de las regulaciones de flexibilidad automotriz y tecnológica con suficiente solidez. Algunos expertos argumentan que Uber terminará ganando el caso, ya que es una aplicación móvil contra unos cuantos o miles de taxistas, sin embargo, también argumentan que la poca movilidad de Uber no se debe a su aplicación, sino que sus contrapartes tienen una calidad paupérrima. Se espera entonces que Uber no monopolice el mercado sino que incite a la creación de compañías de taxis de calidad que puedan competir: No es Uber por Uber. El modelo de Uber va a ganar, no por sí mismo, sino porque los usuarios que van a hacer algún tipo de movimiento social porque no puede ser que unos miles de taxistas sean más potentes que un millón de usuarios con celulares y con información de ‘eso no sirve para mí”, concluye Muniz.