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Producto del estallido social y de la pandemia mundial, muchas personas han tomado la determinación de reinventarse y así, han creado emprendimientos de distinta naturaleza, para diversas clases de productos o servicios. De aquellos, no todos han solicitado el registro de marcas comerciales, por cuanto suelen considerar que el detentar una marca registrada no reviste utilidad en la práctica, pudiendo funcionar sin problemas, privilegiando así el ahorro de los costos asociados a la tramitación ante INAPI. Ahora bien, sin desconocer el hecho de que los inicios de un emprendimiento son siempre tormentosos, y lo que menos abunda es el dinero, es importante considerar dos aspectos del todo relevantes: 1.- La marca es un activo intangible que puede formar parte del patrimonio de una persona/empresa, y como tal, puede ser objeto de explotación comercial. Así, reviste tremenda importancia para aumentar el valor comercial de un negocio. 2.- Con la entrada en vigencia de modificación a la Ley de Propiedad Industrial, se considera un nuevo delito de propiedad industrial, el cual reviste incluso la pena de privación de libertad por uso no autorizado. Así, y tal como puede apreciar el lector, con la pronta entrada en vigencia de la citada modificación, el utilizar una marca comercial no registrada implicará un tremendo riesgo para quien use un signo distintivo, considerando que siempre cabe la posibilidad de que ésta se encuentra ya registrada por otra persona o empresa, o que eventualmente exista alguna otra que resulte ser similar para los mismos productos o servicios. De esta forma, las sanciones que contempla la nueva modificación consideran multas de hasta 2.000 UTM e incluso, la pena privativa de libertad de hasta 3 años. Por ello, más que nunca reviste real importancia para todos aquellos que cuenten con negocios o emprendimientos asociados a una marca comercial, el poder evaluar la factibilidad de su signo marcario, y en el mismo sentido, gestionar el registro de marca respectivo, siendo ésta la única forma de prever en forma concreta eventuales riesgos de incurrir en usos fraudulentos de marcas comerciales, como también, de proteger uno de los activos más importantes que puede formar parte del patrimonio de una persona/empresa. De esta forma, recomendamos encarecidamente a lo menos, realizar un estudio de factibilidad previo a comenzar a utilizar una marca comercial en el mercado, para que así el signo que se pretende nazca a vida comercial y del derecho en forma sana, y sin potenciales riesgos infractores y/o delictuales. Manuel Concha Abogado Propiedad Intelectual Estudio Jurídico Ruiz Salazar