Actualidad / octubre 27, 2020

Nuevos aires. Lo que se viene en el nuevo proceso constituyente.

El día de ayer domingo 25 de octubre, la postura del APRUEBO tuvo un avasallador triunfo
en las urnas del plebiscito, lo que sumado a una gran participación ciudadana (varios
puntos por sobre las ultimas presidenciales), es un reflejo de una nueva ciudadanía como
no se veía hace años a nivel de participación cívica.
Esta nueva conciencia en la ciudadanía impone a la clase política nuevos deberes y el
proceso constituyente que se iniciará con la elección de los constituyentes será el primer
gran desafío.
Precisamente en torno a la redacción de esta nueva constitución y con la elección de los
constituyentes en la mira, seria recomendable que se erradicaran diversos mitos que
abundaron (lamentablemente) en la franja que sirvió de antesala al plebiscito, dentro de
la que encontramos una de las mas graves de todas a mi entender, la famosa “hoja en
blanco”.
Mucho se dijo respecto de los supuestos peligros de partir la redacción de la nueva
constitución sin base alguna, en una hoja en blanco, y la posible vulneración a derechos
fundamentales que ello puede conllevar, pero lo cierto es que estas aseveraciones tienen
muy poco de la realidad.
La “hoja en blanco” mas bien constituye una representación del proceso que busca
alejarse de la simple reforma constitucional, para crear una nueva, pero no en términos
literales.
La creación de toda nueva constitución viene marcada por el contexto en que se plantea,
los pensamientos de sus redactores y los principios básicos para orientar a un país, lo que
ocurrió con la constitución del 80, y que también ocurrirá en el nuevo proceso
constituyente con las obvias diferencias de representatividad que si estarán resguardados
hoy.
Chile es un país con múltiples relaciones comerciales y diplomáticas con el exterior, siendo
participe además de organismos internacionales donde se marca presencia, así como de
formar parte diversos tratados internacionales que tienen rango constitucional a la fecha,
y que no pierden su vigencia por el proceso constituyente que comienza, por lo tanto, los
tratados internacionales ratificados por Chile (muchos de ellos referidos a derechos
fundamentales) serán una de las grandes bases de trabajo para la asamblea constituyente,
siendo imposible de ignorar para ellos.
Por otro lado, en base a nuestra institucionalidad es poco probable que la coexistencia de
los poderes del estado se vea modificada en su esencia (ejecutivo, legislativo y judicial)
pero pueden ponderarse su respectivas facultades para aumentar la fiscalización mutua
entre ellas. Mientras que a nivel económico, lo que sobresalga sea la reformulación de

derechos fundamentales como la salud, educación y previsión social, que hoy tienen un
marcado carácter mercantil, por uno de consagración fundamental en mayor
consecuencia con los mismos tratados internacionales de los que Chile forma parte.
En definitiva, el nuevo proceso constituyente que se nos avecina depara grandes desafíos
y hoy la ciudadanía exige que ellos sean abordados con altura de miras, mas allá de
posturas partidarias y mitos sin asidero en la realidad, buscando plantar las bases de una
sociedad actual que mira hacia el futuro y ojala, por primera vez en décadas, podamos
dejar de mirar atrás.


Articulo escrito por

Abogado Ruiz Salazar |

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