Definir tu marca es una aventura de autodescubrimiento para tu negocio. Puede ser difícil, incómodo y largo. Puede ser mucho más fácil si te planteas las preguntas correctas y te ocupas de darles una respuesta concisa. En general estas preguntas son:
¿Cuál es la misión de tu compañía?
¿Cuáles son los beneficios y características de tus productos y servicios?
¿Qué piensan tus clientes y prospectos de tu marca?
¿Qué cualidades te gustaría que fueran asociados a tu compañía?
Investiga, aprende sobre los deseos, necesidades y hábitos de tus actuales y futuros clientes. Y no te confíes de lo que crees que piensan. Aprende que piensan. Definir tu marca y desarrollarla puede ser complejo, pero una vez que lo has hecho los beneficios son incontables. Después de eso ¿cómo empezar a usar estas poderosas bases?
Crea un buen logo y úsalo en todos lados.
Escribe el mensaje de tu marca, cada persona que trabaje contigo debe conocerlo.
Integra tu marca, la marca se extiende a cada aspecto de tu negocio: tus facturas, tus firmas de e-mail, como te vistes para vender, etc.
Se honesto y fiel a la marca, tus clientes no volverán si no cumples tus promesas.
Sé consistente, es la unificación de todos los puntos anteriores, porque si no hay comunicación entre los valores de la marca y su desarrollo tu trabajo no tendrá mucho sentido.