En Chile, la competencia entre empresas es una pieza clave para que los mercados funcionen bien: impulsa mejores precios, productos de mayor calidad y una atención más cercana a las necesidades de las personas. Sin embargo, cuando un competidor decide ganar clientela a costa del engaño o la confusión, deja de competir limpiamente y entra en el terreno de la competencia desleal, regulada por la Ley N° 20.169.
La ley considera competencia desleal cualquier conducta contraria a la buena fe comercial que busque desviar clientes mediante medios ilegítimos. Esto incluye, por ejemplo, usar una marca o nombre muy parecido al de otra empresa para aprovechar su reputación, difundir información engañosa sobre las características de un producto, desprestigiar públicamente a un competidor o utilizar frases publicitarias que no pueden demostrarse. También pueden ser actos desleales las presiones comerciales abusivas o el uso de demandas solo para hostigar a otro actor del mercado.
Estas prácticas dañan tanto a las empresas como a los consumidores, que terminan tomando decisiones basadas en información falsa o confusa. Por eso, la ley permite pedir que se declare la existencia del acto, que cese de inmediato, que se remedien sus efectos e incluso exigir indemnización de perjuicios. Eso sí, los plazos son breves, por lo que reaccionar rápido es fundamental.
En nuestro estudio revisamos tu caso, analizamos si existe competencia desleal y diseñamos una estrategia concreta para proteger tu marca, detener las conductas ilícitas y perseguir los daños causados, acompañándote en todo el proceso.
Si advierte que un tercero podría estar imitando su marca, utilizando publicidad engañosa o incurriendo en conductas de competencia desleal, nuestro equipo se encuentra plenamente disponible para revisar los antecedentes, evaluar el riesgo y orientarle en los pasos a seguir. Puede contactarnos ante cualquier duda o si requiere apoyo inmediato en la protección de sus derechos.